“Si
la Antropología busca comprender al Otro, depende constitutivamente de un
peculiar esfuerzo por encontrar lo uno en lo diverso, la semejanza humana en la
diferencia cultural”
Ricardo
Sanmartín
Este
informe está orientado básicamente por dos objetivos, en primer lugar elaborar
una aproximación a la Entrevista como una de las técnicas
más relevantes en el trabajo de campo etnográfico, a partir de abordar el texto
de Ricardo SanMartín Arce “La Entrevista
en el trabajo de Campo” y el apartado sobre “Entrevistas” en el Capítulo N°14
(Recolección y análisis de los datos cualitativos) del Libro “Metodología de la investigación” de
Roberto Hernández Sampieri, Carlos Fernández Collado y Pilar Baptista Lucio. Y
en segundo lugar un aporte personal sobre las ideas que he construido desde mi
corta y precaria experiencia en el empleo de ésta técnica de investigación.
Para
dar desarrollo a éste trabajo voy a hacer referencia a algo que Ricardo Sanmartín
menciona como reflexión en los primeros apartados de su texto y que he tratado
de compartir con algunos de mis compañeros del curso, y es esa dificultad de
plasmar en la escritura la real complejidad que acarrea el efectuar una
entrevista, no sólo por los distintos contextos donde se realizan, las diversas
situaciones en las que se llevan a cabo, los distintos sujetos a quienes se
entrevistan, sino porque al toparse con otra “alma humana”, en este caso con
sed de conocimiento, no hay otra opción que ser otra “alma humana”, porque
somos nosotros los que incursionamos en sus vidas, penetramos en su cotidianidad
y es inevitable que nos topemos con sus problemáticas (económicas, sociales y
personales), con sus sentimientos, con sus construcciones sobre el mundo y
sobre los otros con los que comparte un tiempo y un espacio y que es
precisamente ésta alteridad la que nos interesa como antropólogos.
Considero
personalmente que es necesario a la hora de ir a campo antes de ir equipado con
un montón de técnicas para recolectar información, de posturas o planteamientos
teóricos y objetivos de investigación, llevar en la maleta la sensibilidad por
el otro, como dice Ricardo Sanmartín “Un cultivo de la sensibilidad humana, de ese
instrumento que tiene que registrar con rigor y precisión el impacto de lo
ajeno” (Sanmartín, 2000- pág. 109), pues sin duda sólo después de haber
estado allí, conociendo la realidad de este otro, nos convenceremos de que no volvemos a casa
siendo los mismos, o por lo menos pensando de la misma manera.
Después
del anterior acápite voy a continuar con las aproximaciones que cada autor hace
sobre la Entrevista, en primer lugar Ricardo SanMartín presenta a la entrevista
como una de las principales técnicas de investigación en la experiencia del
trabajo de campo y posteriormente menciona:
La
entrevista más que buscar información sobre hechos, busca un discurso nativo
que los comente, que los valore, que los relacione y contraste con otros, de
modo que en dicho discurso nos vierta el actor modos de categorizar su
experiencia; un discurso donde el actor despliegue estrategias cuya observación
resulte relevante para nuestros propósitos o desarrolle todo un conjunto de
descripciones o creencias en operación. (Sanmartín, 2000- pág. 111).
La
entrevista que se convierte en una construcción artificial, que a simple vista
no sería otra cosa que una conversación con un propósito, busca un discurso
nativo y no sólo captarlo, sino también estamparlo. Es fijar esa realidad para
que pueda ser consultada, aprehensible y comprensible por otros, éste discurso
no es otra cosa que una información pensaba, interpretada a la luz de lo que
los sujetos han construido sobre su mundo, es una información que ha pasado por
la mente de los nativos y ha tomado forma para ser traducida por el
investigador.
Y
es en el efecto de ésta traducción donde cumple un primer papel, cumple la
función de servir para generar material
etnográfico[1]
de nuestro interés; la segunda cuestión a cual él autor hace referencia no sé
qué tan fácil pueda resultar y es la cuestión de que nuestras preguntas
interesen a los actores, sí bien las preguntas que hacemos sólo nos competen a
nosotros, son de nuestro interés y son producto de nuestras preocupaciones no
de los actores a los que entrevistamos.
Para
continuar con otros puntos de vista Roberto Hernández Sampieri y otros autores[2],
definen la Entrevista como una reunión para intercambiar información entre una
persona (el entrevistador y otra (el entrevistado) u otras (entrevistados), a
través de las preguntas y respuestas,
donde se logra una comunicación y la construcción conjunta de significados respecto
a un tema (Hernández., y otros, 2006-pág 597). Y es en éste tipo de interacción
social no sólo donde se crean significados respecto a un tema, sino también
respecto a la persona del investigador y de éste último respecto a sus
informantes.
Las
entrevistas cualitativas deben ser abiertas, sin categorías preestablecidas, de
tal forma que los participantes expresen de la mejor forma sus experiencias y
sin ser influidos por la perspectiva del investigador o por los resultados de
otros estudios, las categorías de respuesta las generan los mismos
entrevistados (Hernández, R., y otros, 2006- pág. 597).
Las
entrevistas se plantean cuando el problema de estudio no se puede observar o es
muy difícil hacerlo por ética o complejidad y permiten obtener información
personal detallada[3],
si bien hay problemáticas o contextos de investigación que son de difícil
acceso y donde la entrevista puede ser útil como lo explicitan los autores,
considero que no debe desvincularse a la entrevista de otras técnicas de
recolección de datos, pues considero que es la convivencia ese contacto directo
y recurrente con los actores de estudio y la observación participante las que
nutren o alimentan a los investigaciones de interrogantes sobre el contexto de
investigación y los actores.
A
continuación voy a hablar sobre los tres momentos de la entrevista y a destacar
los tópicos a tener en cuenta en cada caso. En primer lugar nos encontramos con
la etapa de la Planeación, preparación o
Diseño de la Entrevista, en este momento se tienen presentes aspectos como:
- El investigador se pregunta a sí mismo antes de proponer preguntas a los actores, para tener mayor claridad frente a la naturaleza y el contenido de las preguntas que se realizan.[4]
- Los hechos no hablan por sí solos, hay que hacerlos hablar formulando las preguntas adecuadas a ellos.[5]
- Prepararse el investigador: en este punto hay que tener en cuenta dos aspectos, en primer lugar la creación de un nuevo rol que construye el antropólogo en su interacción en el campo con los actores, donde constantemente hay que jugar con las expectativas que construyen los informante respecto a éste y recrear su rol de investigador; y en segundo lugar debe lograrse un cambio de posicionamiento personal, de orientación y ubicación interior, que hacen parte de la tarea de lograr un clima de confianza y empatía con los sujetos entrevistados.[6]
- Preparación del tema: en este aspecto me parece relevante destacar el hecho de documentarse sobre el contexto, el interlocutor, los intereses de los informantes, la historia local y la intrahistoria de los actores[7]; así mismo sobre los temas más adecuados a nuestro objetivo (que formulación se ajusta más a lo que ellos van a poder entender mejor).[8]
- Conseguir la aceptación del encuentro por parte del entrevistado (presentarse e indicar el propósito de la entrevista, asegurar confidencialidad, hacer una cita en un lugar adecuado, privado y confortable)[9]
- Confirmar la cita un día antes[10]
- Acudir puntualmente a la entrevista[11]
- Establecer las herramientas de registro
- Vestirse apropiadamente[12]
En
segundo lugar nos encontramos con la Ejecución
de la Entrevista, podemos hablar de un inicio, un durante y un final. Preguntar
es establecer un puente o medio a través del cual sea posible ir y venir entre
universos culturales, activar con preguntas los resortes culturales de los
actores para observarlos en operación[13]
Al inicio:
- Repetir el propósito de la entrevista y la confidencialidad
- Pedir permiso para grabar y tomar notas
Durante la Entrevista:
- Escuchar activamente, mantener la conversación y no transmitir la tensión
- Ser paciente, respetar los silencios
- Captar aspectos verbales y no verbales
- Tomar notas y grabar
- Demostrar aprecio por cada respuesta
- Manejar el tiempo
Al
final:
- Preguntar al entrevistado si tiene algo más para agregar o alguna duda
- Agradecer y de nuevo explicar que se va a hacer con los datos recolectados
- Describir el contexto y lo sucedido en el menor tiempo posible
No
hay que dejar de lado aspectos como el hecho de reconocer la dignidad, la
integridad y la capacidad de nuestros informantes de enseñarnos todo lo que de
su cultura resulta interesante para nuestros planteamientos antropológicos. No
debemos forzarlos a responder a nuestros interrogantes o guiarlos para que
digan lo que nosotros queremos o buscamos escuchar y por último que durante la
entrevista hay un juego constante entre lo que se está diciendo, lo que está
ocurriendo (en términos de lenguaje corporal, silencios, sonrisas, dudas,
presencia de agentes externos, la presión del contexto donde se lleva a cabo la
entrevista, entre otros aspectos), la posición que cada uno de los actores
tanto el entrevistador como el entrevistado toma en la interacción social de
encuentro y nuestras ideas acerca de lo que pensamos sobre los sujetos de
estudio, las impresiones que teníamos o las ideas incipientes y la nueva
información que estamos obteniendo.
Para
concluir con éste informe nos queda hablar del Análisis, ese último momento
en donde se desarrollan tareas como:
- Selección y justificación de preguntas
- Colocar a quien se entrevistó en contexto (¿Qué me dijo?, ¿Por qué me lo dijo?, ¿Quién era el entrevistado realmente?, ¿Cómo transcurrió la entrevista?)[1 Revisar las notas que se tomaron
- Transcribir las entrevistas
- Explicitar actitudes y comentarios relevantes
- Mejorar la guía de preguntas[15]
BIBLIOGRAFÍA
- HERNÁNDEZ, R y otros autores (2006) Cuarta Edición. “Metodología de la investigación”. México, Compañía Editorial Ultra.
- SANMARTÍN, R. (2000): “La Entrevista en el trabajo de campo”. Revista de Antropología Social 9: 105-126.
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